Por: Elianys Cabrera Montes de Oca
La historia de Cuba se nutre y forma a partir de hombres de valor que con sus hazañas marcaron sus épocas y dejaron un legado imperecedero para las generaciones que les suceden.
Uno de estos es Pedro Perucho Figueredo Cisneros, abogado y militar, independentista cubano, conocido principalmente por ser el autor de “La Bayamesa”, marcha guerrera que devino Himno Nacional.
Su vida estuvo marcada por una intensa lucha contra la colonia española que mantenía a Cuba sometida. Hoy se le recuerda en el 203 aniversario de su natalicio, y viene a la memoria cada vez que los niños en las escuelas, o los adultos en sus centros laborales se reúnen para entonar con convicción y orgullo las notas del Himno Nacional, que años atrás fuera fruto de la inspiración de Perucho, hombre de gran valentía patriótica que nos legó estas hermosas, motivadoras y revolucionarias letras que impulsan al combate por la Patria.
¡Morir por la Patria es vivir!, así lo escribió el autor, verso que muestra a los revolucionarios de esa época y a las generaciones que han venido luego de esa, que una muerte por la Patria no es más que una gloria para el que cae, pues es su sangre la que continúa marcando los corazones de quienes quedan y fomentando el patriotismo en la humanidad, especialmente en cada cubano.
Ya más de un siglo ha transcurrido desde que se escribió “La Bayamesa”, y la carga patriótica que posee se acrecienta en las voces de todo el que la entona, con la convicción de que Cuba es y será por siempre libre y soberana. Somos continuidad de cada verso que escribiera Perucho Figueredo, por lo que mientras que haya un solo cubano que entone esas gloriosas letras y las lleve a la práctica seguirá estando en pie la Revolución cubana.
